El Real Madrid fue, una vez más, a la guerra.
Vestido de camuflaje, esperaba quizás que su juego muscular y directo, al borde del reglamento, al que están malacostumbrados, rindiera frutos.
En el Sevilla ya tenían vista esa película.
Un gol inesperado y tempranero de Trochowski fue seguido de un ataque constante y desbordante.
El Real Madrid se encontró con que había más juego por parte del Sevilla del que tenía planificado y no podía destruirlo todo, ni siquiera con la ceguera, y en algunos casos, casi complicidad de Undiano Mallenco.
Los de Michel estaban por todas partes. El Ramón Sánchez-Pizjuan era una jungla.
Tan sólo la falta de acierto del Navas frente a la portería, el magnífico juego de Pepe y los primeros quince minutos de Modric sobre el campo se salvan de la quema.
Higuaín parece estresado, Benzema, flojo, Sergio Ramos desperdició la mejor oportunidad de empatar que tuvo el Madrid, Khedira descolocado, Xabi Alonso completamente anulado por Rakitic, y Cristiano…
Cristiano merece un par de partidos en el banquillo, a ver si se le bajan los humos. Quizás esperaba que el árbitro le pitara todos los penaltis que el quisiera, pero su cara de frustración era bastante evidente. Pero favores tuvo: un árbitro no deberia haber dejado a un jugador en el campo con una herida abierta.
Si tuviera que escoger a un responsable de esta derrota del club, antes blanco, y hoy verde, muy verde, es Mourinho. Salvo la entrada de Modric, los cambios no surtieron más efecto que el contrario: hacer al Sevilla todavía más efectivo.
El partido empezó mal planteado y terminó mal adaptado. No hubo reacción. No habia plan B.
Y el Real Madrid es demasiado club para no tener un plan B.
Por menos de esto, hace unos años, estaban pidiendo la cabeza de Pellegrini.
Pero no, no creo que Mourinho tenga hechas ya las maletas.
Por supuesto que no.
No tiene necesidad. Esa será su última orden a Karanka, por teléfono, desde su apartamento en Londres.
Pero ¿para cuando?
Y detrás de The Parking One, ¿irá el Ser Superior?
Ahí está el misterio. Pero sospecho que no.
